Javier Pitillas es el responsable de que vuelva por éstes lares, ni él mismo se puede imaginar lo que a significado cruzarme con él éste año o más bien el año pasado, me a cambiado la vida dos veces en menos de un año.
( Y para bien)
Ésta ausencia se a debido a muchas circunstancias personales, pasé por tantas cosas y emociones que algunas aún terminé hace relativamente poco de digerir.
Iba a escribir sobre Pitillas después de hacer el camino de Santiago con Discamino, entidad de la que está al frente pero decidí esperar un poco ya que necesitaba digerir todo lo vivido en el camino, ya que con el tiempo y la distancia suele verse la situación con otra perspectiva, os voy a decepcionar pero no he cambiado de opinión ni un poquito lo vivido con él, ni en el camino, ni con los chicos que hacen posible cada camino.
Nos conocimos de casualidad en la proyección de un documental de Rubén Riós hace poco más de un año, en ésa proyección sucedieron varias cosas, nós conocimos, quedé flipada con lo que hacen en Discamino, Javier tiene varias cosas particulares pero la peor cosa que tiene es cuando te pregunta con su voz de angelical" quedamos mañana y pruebas el triciclo adaptado?" , amigos que no os engañe porque engancha, "te doy un paseo por Cambados " y terminas haciendo un camino de 500 km.
Y claro como a una le va poco la marcha y se apunta... Y claro que cumplió su palabra porque lo que dice se cumple "a las diez se apagan las luces" tal cual da igual que estés haciendo un pis se apagan, bueno que me lío... como una es débil y me cuesta rechazar planazos y aventuras pues caí...
Otra cosa que tiene Pitillas es que siempre me arranca sonrisas y que feliz me hizo ése día, es que tuve una gran sonrisa en la cara incrustada durante varios días, no puedo describir con palabras lo que fue para mí volver a subir en una bicicleta, sentir como Javier cogía velocidad, bajar una cuesta (eso sí a la velocidad adecuada para no congojarme según él jajajaja, menos mal que Julio me vio de lejos con ganas de adrenalina), sentir el viento en la cara, sentir el pelo al viento, sentir la brisa del mar, el paisaje desde la bicicleta se disfruta de otra manera, desconecté y me relajé y por si no lo he dicho antes qué feliz me hizo!!!!
Y claro... me preguntó como no quiere la cosa, "harías un camino con nosotros?" os podéis imaginar la respuesta... una que no es nada fácil "claro que sí".
Y ésta fue la primera alegría que me regaló Javier porque aparte de ser buena persona es inmensamente generoso, tanto él como los voluntarios que forman parte de su proyecto, Discamino, "mis caballeros de la bicicleta ".
Digo regaló y me regala, son ése tipo de detalles que son impagables e incalculables, eses que se llevan puestos, que simplemente se viven y se disfrutan.
Aún por encima me ayudaron a volver a ir a Corea en noviembre del año pasado, siempre me empuja... hacia delante.
Y de empujarme pasó a cogerme de la mano, todo ésto en meses... bendito seas!!!
Éste año me hizo LA PROPOSICIÓN, hacer el camino de Santiago con Discamino.
Me podría arrepentir de no haber hecho el camino pero jamás de haber ido, una experiencia que toda persona debería de vivir, ya que el camino se vive y se siente.
Tengo que decir que cuando me lo propuso le comenté mi situación, que no es fácil, quedamos en que lo iba a estudiar, lo estudié, me aseguré que todo estuviese bien y a pesar de que me llevé dos sustos a quince días de hacer el camino, me pude ir.
Javier me regaló 500 km. de...
desconexión,
de libertad,
de tranquilidad,
de risas,
muchas risas,
de paseos,
paisajes,
amaneceres,
conexiones,
historias,
historias personales,
motivaciones,
situaciones diferentes,
adversidad,
superación,
lealtad,
diversidad...
Javier me regaló en éste camino el poder conocer a Julio, la persona que cruzó pedaleando conmigo a cuestas media España.
Javier me regaló momentos para pensar, para volver a encontrarme a mí misma, solté una mochila que me pesaba mucho y a veces me asfixiaba, sentía la sombra de unas manos apretando mi cuello y me liberé.
Perdí miedo y gané confianza en el camino.
Javier me regaló la mejor de las compañías, no me puedo imaginar el camino sin él,
sin los chistes malos de Angélica,
sin las bromas de Gregorio,
sin la inocencia de Edu,
sin la dulzura de Ángel,
sin la compañía de Julio,
sin la amabilidad de Iván,
sin el abrazo de buenos días de Juan,
sin los achuchones de Nando,
sin los besos de Antonio,
sin las charlas con Nardo,
sin la asistencia de Mila,
sin el buen hacer de Petri,
sin la asistencia de Vero,
sin las comidas de Deme.
Javier me regaló un gran camino con amapolas azules, corriendo junto las liebres, asaltados por curiosas ardillas y alguna valiente serpiente, puentes donde sólo se escuchaban ranas, cielos cubiertos de nubes, despejados y con lluvia...
Y como le pareció que me daba poco me dejó acompañarlos en la última etapa de su perimetral ibérica, una bestialidad lo que hicieron...
A Javier como le pareció poco aún me regaló otro gran día, Sonia y yo hicimos también la última etapa del camino de Robert, Betsy y Manisha, una historia de amor de las bonitas con Discamino, como son ellos humildes, desinteresados y generosos.
Sólo os cuento una cosa más, Discamino se desplaza a Salamanca a dar una charla y le comento que hay una familia AME especial para mí y se paran a conocerles regalándome una satisfacción enorme es como si hubiera ido yo misma a abrazarles.
Javier Pitillas apunten su nombre porque ya se estudia en aulas porque escribe historias que merecen ser contadas, aún por encima tiene la cualidad de saber transmitir a través de la escritura, no hace falta más que pasarse por su muro y pararse un ratito para que te inunde la curiosidad, la alegría y seguro que alguna lagrimilla asomará y si eres persona alguna emoción te removerá.
Como te dije hace unos días estoy sensible por la dichosa gala en la cual tenía preparado un momento para tí, como sé que no podrás estar presente ya te daré el detalle en persona un abrazo y un beso pero sí que quiero que sepas lo que significas para mí, lo que me has cambiado la vida y que estaré eternamente agradecida contigo por darme la fuerza y oportunidad que necesitaba, no te puedes imaginar el bien que me haces.
Un beso y hasta la próxima.